¡Me encanta mi trabajo! El esfuerzo por describir la pasión que me conduce a realizarlo con absoluta entrega no es menos que retador. Me considero afortunada por poder realizar algo que disfruto y que me pone en contacto con la mejor parte de la medicina: acompañar la llegada de una vida nueva. Estar al lado de las mamás, cuidando de ellas y de sus bebés, es un experiencia que involucra muchos aspectos. Por un lado, la dimensión humana del embarazo es emocionalmente rica y alentadora, y médicamente, es compleja y exigente. Los cuidados necesarios son tan opuestos como complementarios, al mismo tiempo que hay que vigilar y asegurar la mejor gestación y salud del bebé, debemos monitorear e impulsar el bienestar general de la madre para que su tranquilidad y felicidad propicien estabilidad y seguridad físicas.

 

Aunque mamá y bebé exigen cuidados específicos, la vigilancia de ambos convergen en un proceso de gestación seguro en el que podemos anticipar cualquier riesgo que merezca atención inmediata o tratamiento futuro que brinden certidumbre de la mejor calidad de vida posible para la madre y su bebé.

Utilizo lo mejor de la investigación médica, lo último en tecnología en monitoreo y diagnóstico y lo sumo a la emoción y el compromiso que tengo con todas mis pacientes y sus familias.